La carta mas triste del mundo.

Se rompió el frasco y el envoltorio. Se secaron las flores de nuestro jardín porque el sol ya no las calentó más. Se nos quemaron los ojos de tantas lágrimas. Nos arden los brazos sin nuestros cuerpos.  
Cómo entender, si nadie jamás nos explicó. Creímos conocernos de una forma mágica, pero solo fué casualidad. Porque creímos tener el mundo en nuestras manos y con el, correr y divariar como dioses romanos. Pero no eramos más que dos hormigas perdidas en el jardín ajeno.
Dijimos ser uno del otro, cuidarnos y protegernos. Hacernos felices construyendo una fortaleza de promesas incumplidas y desordenes emocionales.
No lo ves? No lo entiendes? Ya no somos nosotros mismos, ya no somos los de antes... Ahora temo, a tu rabia y tu frustración. Le temo a la mía... Y le temo a nosotros...
Tal vez sea hora de volar...