Y eran dos niños tirados en el pasto,
mirando las nubes moverse con el viento cálido de una tarde de piscina.
Disfrutaron del rose de sus pieles, la parte linda del verano... la poca ropa.
Tímidos, reían como tontos, jugando juegos inventados por ellos mismos, riéndo, mirando a todos como extraños inexistentes.
Ella le quito la guitarra, y le cantó una linda canción de amor...
y él sentía que no podía ser más feliz a su lado.
Que el tiempo se podía detener ahí para ambos y no importaría. Estaban completos, llenos, felices...
No se perdían de vista, él la cuidaba y protegía,
ella corría para cobijarlo en sus brazos y acariciar
su cuerpo cansado de tanto esfuerzo.
Verse reflejados en los ojos del otro, sentir ese cosquilleo en la guata a cada mirada y roce de nariz.
Eran perfectos... eternos... perpetuos...
"...porque todo es eterno si estás junto a mí.."
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