Rincón dedicado a los manuscritos que rodean mi cabeza...

domingo, noviembre 16

El presidente


La mañana siguiente se levantó de su cama de una forma distinta. Ahora, sólo se sentó en el borde de la cama, volteó la cabeza y miró a su mujer que aún dormía, la que no tenía idea todo lo que se aproximaba para sus vidas. Se resfregó los ojos, apoyó ambos codos en sus rodillas. Derrotado por la anterior noche en vela. Se levantó, lento, casi moribundo. Se metió a la ducha y dejo correr el agua por su cuerpo por un largo rato. Tomó la toalla, la frotó por su cuello, luego su espalda y la amarró en su cintura. Se paró de frente al espejo y se contempló silencioso. Luego de un par de minutos de silencio, se decidió a hablar. Comenzó a repetir el discurso que tendría que dar frente a toda esa gente que lo aprobó y ahora esperarían la mejor respuesta de su boca. "Queridos ciudadanos. Dado a la seguidilla de problemas que ha traido este sector de la ciudad, hemos determinado, en conjunto, aprobar una ley que parece ser el centro de atención de todos nosotros, y nos involucra directamente. No quiero que con esto nuestra unión se debilite, sino, por el contrario me apoyen como lo han sabido hacer durante todo este tiempo. No es un tema menor la seguidilla de violaciones que han acontecido en la comunidad. Y como las penas a estos delincuetes y la proteccion que se les ha dado por parte de sus mismos vecinos, ya no son suficientes, no nos queda otra forma de aplacar esta problematica que aprobando el aborto. Este proceso tan delicado será impartido por los consultorios de forma gratuita para todas las mujeres que se encuentren embarazadas con menos de tres meses de gestación." Terminada esa última frace, agachó la cabeza. Es en estos casos d ónde ye no quiere ser más presidente. Es en estos momento en que cree que el esfurzo no valió para nada la pena y que todo lo que ha traído es amargura y desazón. La imparcialidad en un pueblo es demaciado como para aminorarla con el entusiasmo y sus inagotables ganas de ser parte de un sistema político detestado por la sociedad. El golpear de la puerta lo hacen volver a su realidad. Se seca los ojos y se viste. Su mujer ya despierta está sentada en la cama y lo mira con aprobación, lo mira como si le dijera que pase lo que pase ella estará con él, porque para ella él es más que un presidente, para ella él es su esposo.

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